El “Gracias” de los habitantes de Grado a las Hermanas de la Providencia

Domingo 2 de febrero, la comunidad eclesial de Grado, se ha reunido para despedir a las tres hermanas que dejan definitivamente la ciudad y para agradecer, en ellas, a todas las hermanas que en más de 100 años de presencia en la Isla, han contribuido al bien de la población. El Archiprete, Mons. Michele Centomo, en la homilía ha invitado a los presentes a meditar sobre la fiesta del día, fiesta del encuentro, de la luz, de la vida y también fiesta de la vida consagrada.

Dirigiendo luego el saludo a las hermanas, les ha dicho así: “A ustedes un gracias muy sentido por vuestro servicio desempañado en el tejido social de nuestra isla. La Comunidad ha gozado de esta gracia que por 120 años ha irrigado copiosamente las relaciones humanas: han beneficiado a los enfermos que se sintieron amados y menos solos en el Hospital, en la Residencia de Ancianos; los niños de la Escuela Materna y de la catequesis que se sintieron acompañados y guiados; los habitantes y los turistas que se sintieron sostenidos aún sin saber de su presencia y oración. Han traducido lo que está escrito en el Evangelio de Lucas: “Quien acoge a este chico en mi nombre, me acoge a mí, y quien me acoge a mí, acoge a Quien me ha enviado”, que en las palabras de Vuestro Santo Fundador, San Luis Scrosoppi, se traducen sencillamente como: “Caridad, caridad, salvar las almas y salvarlas con la caridad”.

Las palabras del Intendente, Sr Dario Raugna también fueron muy sentidas y emocionantes, que entre otras cosas dijo: “Cada barco pasando, deja detrás de sí una estela y la que han dejado las Hermanas de la Providencia en nuestra isla es una enseñanza de vida que expresa sentido de responsabilidad, altruismo y gratuidad…un camino de espiritualidad que ha ido profundizándose en la acogida de otras hermanas necesitadas de cuidados y de descanso, pero también en la educación, en la asistencia a los enfermos y en el consuelo a los ancianos de la Casa Serena…Gracias por habernos enseñado qué significa la modestia, la moderación y la discreción. Por el testimonio que es sustancia, consistencia, concretez, cuerpo, pasión, esencia; que permanece allí, indeleble, paso a paso, ladrillo tras ladrillo, y que se necesita para la construcción de la casa común”.
Este es su deseo: “Hagamos de modo que la enseñanza de vida que ellas nos han brindado, no se pierda, porque las personas pasan, está en la naturaleza de las cosas, pero las obras, los valores, quedan, hacen parte de nuestra identidad, son recogidas y pasadas a otros. Creo que este compromiso, por parte nuestra, más que otra cosa, sabrá mitigar el dolor de la lejanía de Grado y de sus habitantes”.

Unánimes los sentimientos en el corazón de las hermanas: el bien recibido encuentra lugar en las manos amorosas de Dios, a él el honor y la gloria por el bien realizado en Su Nombre y con Su Gracia y que dará frutos según su amorosa Providencia.



Modificado por última vez en Domingo, 19 Abril 2020 14:52
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