Los salesianos de la Parroquia, ayudaron a buscar un buen traductor en la persona del Señor Leonel Camacho, catedrático universitario que había estudiado en la Universidad Pontificia de San Tommaso de Aquino en Roma. Leonel, puso en seguida mano a la obra y mientras más conocía al Padre, más lo sentía en su corazón y su vida cambió completamente. En el año 2001, participó a la canonización del Padre Luis y, con gran entusiasmo acompaño el grupo de Bolivia, reafirmó su admiración por San Luis Scrosoppi y, él y su familia lo adoptaron como su santo protector y reforzó su compromiso de seguir apoyando el trabajo de las hermanas de la Providencia.
Al retorno de Roma, empezó junto con las hermanas, a dirigir y formar el grupo de los laicos Scrosoppianos de la familia de la Providencia. Quiso hablar de la vida del Padre también al grupo de los alumnos del SAR (salvamiento y rescate) de la Fuerza Aérea Boliviana y, en colaboración con el Capitán Guzmán, hizo construir un capitel con la estatua de San Luis porque sea venerado también en este lugar. Como grupo de los laicos de Bolivia, agradecemos a Dios por haber puesto en nuestro camino un verdadero testimonio del Evangelio.
Con su ejemplo de vida nos ayudó a conocer y a comprender la vida y el espíritu de San Luis.
Con Leonel, hemos podido experimentar el amor y la misericordia de Dios. El nos contaba con tanta sencillez los hechos de la vida del Padre y nos animaba a vivir sus virtudes, sobre todo la caridad, el abandono y la confianza en la Providencia, a transmitir el carisma con orgullo y firmeza, a renunciar a nosotros mismos para que los demás sean felices, a no descuidar el rezo del santo rosario “porque es un arma potente”.
Leonel llevaba consigo estampitas y medallas de padre Luis y hablaba de él a sus médicos, a las enfermeras, a sus estudiantes, colegas, taxistas y a cuantas personas conocía. Entre los años 2016-2017 la salud de Leonel empezó a decaer, pero esto no dejó que su fe decline. Hasta sus últimos días se sostuvo de la mano de Dios y de San Luis, lo que le permitió tener una fuerza admirable hasta el último momento de su vida cuando el 2 de mayo del 2018 el Señor lo llamó a su presencia. “Misión cumplida” fueron sus últimas palabras.
Gracias don Leonel por todo el bien que has sembrado en cada uno de nosotros.
El grupo de los laicos scrosoppianos de Bolivia